viernes, 25 de abril de 2014

Viernes Santo



   El pasado mes de septiembre tuve el honor de ser el exaltador del Stmo. Cristo de la Salud. En mi exposición contaba cómo era la experiencia de nuestra fiesta, de la procesión, de la semana santa,…, vista como un músico. Pero por motivos laborales no pude acompañar a nuestro Cristo por primera vez en mi vida. En esta Semana Santa he podido sacarme esa espinita, he podido saborear toda la experiencia de vivir intensamente el día más grande para nuestra hermandad. Desde llegar a la plazoleta de San Juan y poder contemplarlo majestuoso, esperando a sus hermanos mientras comienza a anochecer. Esta Semana Santa he podido compartir con mis compañeros lo que se siente al ir rezando con nuestra música mientras lo vemos caminar por las calles de Alcalá. Desde su salida, mientras sonaba “A la Gloria”. 


 Hasta ese momento junto al Convento de las Dominicas en el que gira completamente, llegando a estar de frente a “Su Banda”. Ese momento en el que podemos mirarle a los ojos a la vez que interpretábamos “Pescador de Hombres”. Este año ha sido el primero que se procesionaba junto al Ayuntamiento.


    Y el primero después de muchos años que volvía a haber despedida de la Virgen de las Angustias.


  Pero lo más significativo es que este año ha sido el primero de muchos en el que Nuestro Cristo caminaba al compás de nuestra música, de la música de su Banda, de la música que los costaleros que por primera vez lo portaban a costal, nos pedían en cada revirá, en cada momento clave de la procesión, y lo hemos visto caminar majestuoso por las calles de su Alcalá, podíamos ver las caras de la gente que se emocionaba al verlo pasar y transmitiendo tanto sentimiento que hizo que quisiera estar más tiempo en la calle. Y detrás su banda tocando sin parar una tras otra las 37 marchas que nos dio tiempo a tocar, pero que hubieran sido aún más si Él lo hubiera querido, hasta llegar de nuevo a San Juan, a ese momento tan emblemático de su desamblaje, en el que da igual quienes sean los encargados de hacer llevar a nuestro Señor hacia lo más alto del cielo alcalaíno, y todos podemos percibir la tensión y emoción que se respira hasta por fin entrar de nuevo en su casa.

   Desde aquí, dar las gracias a la Junta Directiva, por haber organizado tan bien toda la Semana Grande, desde el lunes con el Vía Crucis infantil, el Miércoles Santo con el Vía Crucis por los Arrabales de la Mota y por supuesto de este Viernes Santo, en el que tras el emotivo acto de las 7 palabras comenzó el momento más esperado por todos. Y por supuesto gracias a mi Agrupación, que cada año me demuestra que es una gran familia de la cual se puede estar muy orgulloso y que cada año procura ir renovándose para seguir estando a la altura que se merece Nuestro Cristo de la Salud.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Enhorabuena Javi me han emocionado tus palabras. Ojala que podamos compartir esta vivencia juntos muchos años mas.

Belen dijo...

Que bonito Javi, nos haces revivir ese gran día. Besos

Unknown dijo...

Palabras que emocionan! Con muchísimas ganas de volver a pasar momentos así! Sois grandes :)