El pasado mes de septiembre tuve el honor de ser el
exaltador del Stmo. Cristo de la Salud. En mi exposición contaba cómo era la
experiencia de nuestra fiesta, de la procesión, de la semana santa,…, vista
como un músico. Pero por motivos laborales no pude acompañar a nuestro Cristo
por primera vez en mi vida. En esta Semana Santa he podido sacarme esa
espinita, he podido saborear toda la experiencia de vivir intensamente el día
más grande para nuestra hermandad. Desde llegar a la plazoleta de San Juan y
poder contemplarlo majestuoso, esperando a sus hermanos mientras comienza a
anochecer. Esta Semana Santa he podido compartir con mis compañeros lo que se
siente al ir rezando con nuestra música mientras lo vemos caminar por las
calles de Alcalá. Desde su salida, mientras sonaba “A la Gloria”.
Hasta ese momento junto al Convento de las Dominicas en el que gira completamente, llegando a estar de frente a “Su Banda”. Ese momento en el que podemos mirarle a los ojos a la vez que interpretábamos “Pescador de Hombres”. Este año ha sido el primero que se procesionaba junto al Ayuntamiento.
Y el primero después de
muchos años que volvía a haber despedida de la Virgen de las Angustias.
Pero lo
más significativo es que este año ha sido el primero de muchos en el que
Nuestro Cristo caminaba al compás de nuestra música, de la música de su Banda,
de la música que los costaleros que por primera vez lo portaban a costal, nos
pedían en cada revirá, en cada momento clave de la procesión, y lo hemos visto
caminar majestuoso por las calles de su Alcalá, podíamos ver las caras de la
gente que se emocionaba al verlo pasar y transmitiendo tanto sentimiento que hizo que quisiera estar más tiempo en la calle. Y detrás su banda tocando sin parar una tras otra las 37 marchas que nos dio tiempo a tocar, pero que hubieran sido aún más si Él lo hubiera querido, hasta
llegar de nuevo a San Juan, a ese momento tan emblemático de su desamblaje, en el que
da igual quienes sean los encargados de hacer llevar a nuestro Señor hacia lo más alto del cielo alcalaíno, y todos podemos percibir la tensión y emoción que se respira hasta por fin
entrar de nuevo en su casa.
Desde aquí, dar las gracias a la Junta Directiva, por haber
organizado tan bien toda la Semana Grande, desde el lunes con el Vía Crucis
infantil, el Miércoles Santo con el Vía Crucis por los Arrabales de la Mota y
por supuesto de este Viernes Santo, en el que tras el emotivo acto de las 7
palabras comenzó el momento más esperado por todos. Y por supuesto gracias a mi
Agrupación, que cada año me demuestra que es una gran familia de la cual se puede estar muy orgulloso y que cada año procura ir renovándose para seguir estando a la altura que se merece Nuestro Cristo de la Salud.
3 comentarios:
Enhorabuena Javi me han emocionado tus palabras. Ojala que podamos compartir esta vivencia juntos muchos años mas.
Que bonito Javi, nos haces revivir ese gran día. Besos
Palabras que emocionan! Con muchísimas ganas de volver a pasar momentos así! Sois grandes :)
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